martes, febrero 03, 2009

La tristeza de la discordancia...

Si fuera fácil ser feliz, ninguna gracia tendría serlo; si fuera difícil ser feliz, probablemente muy pocos lo lograrían, y la esperanza de cada uno dependería exclusivamente de fuerza de voluntad y suerte, porque de acuerdo a la experiencia de cada uno nos sentimos más o menos cerca de ese punto, y nos despedimos del día con una sonrisa, amargura, expectación o negativismo, todos los días distintos, o todos los días iguales, dependiendo de lo voluble del carácter y la distancia...que ya lo dije, pero no puedo dejar de pensar en eso porque cada día te veo más lejos, y cada mañana, tarde y noche veo la misma distancia, que se siente como algo en aumento si razonamos que el tiempo entrega sabiduría y la sabiduría es un camino a la plenitud. Y el tiempo no me entrega mucho, más que canas y kilos, y una que otra frase repetida, y diluye mis experiencias en vastos años que cada vez se hacen menos significativas. Qué fácil es caer y que difícil es pararse, pero aún más difícil es mantenerse de pie, cuando toleras con una fuerza ínfima las sacudidas que te entrega la vida, y cuando aprendes que la buena suerte viene de a rachas y jamás se estabiliza, cuando quieres vivir en paz y mantener una buena vida, pero por otra parte te pena la rutina y esa espiral de mirar el mismo mundo, despertar todos los días con el mismo sueño, y acostarse todas las noches con la misma decepción.

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