sábado, septiembre 15, 2007

Mi Prima Vera

Todos los años vienes, a veces te llamo, otras veces sólo te espero. Al verte llegar, con la alegría de las flores y de los colores patrios, vuelves a despertar en mi todo lo que durante los fríos meses previos había olvidado, sea bueno o malo. Eres quien le da un tono distinto a cada año. Cuando te abrazo recuerdo aquellos días en que sin existir rutina, cada mes tenía su propia cualidad distintiva, y la celebración jamás se opacaba con trabajo, tristeza, estrés o cualquier sentimiento negativo. Dicen que cuando llegas aparecen las flores, los días toman colores de sol y a la gente le da alergia. Y más gente se suicida. Claro está, porque quien te ve llegar con ese arcoiris y esa sonrisa, no puede más que sucumbir ante la tristeza y envidia propia. No es mi caso, por suerte, y yo te espero siempre con los brazos abiertos, niego favoritismo, pero te quiero igual. Espero que cuando llegues este año me cuentes cosas buenas, me alegres la vida y me hagas recordar que aún respiro, que aún soy feliz, y que a pesar de todo lo gris que se vea el mundo trabajólico y acelerado, siempre nos daremos una pausa para sonreír.

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