No se trata de ningún comercial de papel higiénico, ni del orgullo gay. Anoche (hoy en la mañana para ser más preciso) venía de vuelta de Agua Santa mirando los edificios (y no la calle) del amanecer viñamarino. Me gustó. El amanecer es probablemente la hora más bella a la vista de todo el día, y además tiene una connotación importante, el principio del día; la pureza del aire, y la pureza de la mente después de una noche descansada (aunque poca gente se despierta a esa hora, en fin) o al menos bien carreteada. Además, independiente de la fecha del año, el amanecer es siempre fresco y húmedo. Como mi estación ideal. Ya que odio con todo mi corazón al verano, parece el momento ideal para lograr la calma en un tiempo que me es naturalmente adverso, un momento para sonreír a pesar de las peleas y decepciones, y el calor por supuesto.
No tiene más complejidad que eso. Sólo que ver ese color cada mañana me revive.
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